01 junio 2006

Moralismo Yunquista

Abundan las historias de horror de jovencitas estudiantes que han sido sometidas a vejaciones y humillaciones desproporcionadas por el grave pecado de no vestirse decentemente como lo demanda la pureza moral de los dueños de la Autónoma de Guadalajara. Faldas "excesivamente" cortas, escotes "obscenos", espaldas "demasiado" descubiertas, etc. Cualquiera de estas cosas basta para atraer sobre sí dentro de la UAG la ira de los puritanos del nuevo milenio que por un lado elogian en sus aquelarres secretos la represión y la censura de cosas consideradas también "indecentes" por el mismo dictador alemán que ordenó el sacrificio industrializado de millones de seres humanos por meras cuestiones de raza y religión, y que por otro lado henchidos de castidad y pureza moral llevan a cabo su eterna cruzada en contra de todo aquello que según sus estrechos criterios no es lo suficientemente "decente" para satisfacer su fundamentalismo de extrema derecha. Pero esta cruzada moral no está limitada a los confines territoriales controlados por los Tecos de la Autónoma de Guadalajara. La censura y la represión se extienden también fuera de la UAG hacia cualquier otra parte en donde hayan logrado establecer algún poderío o influencia ya sea directamente o a través de la Organización Nacional del Yunque o a través de cualquiera de sus organizaciones satélites.

Estos estrechos criterios moralistas elaborados por las mentes cerradas de los puritanos del Yunque tienen el mismo punto de origen que ocasionó que el 19 de junio de 1996 la alcaldía panista de la ciudad de Guadalajara -surgida gracias al vasto apoyo económico y publicitario dado tras bambalinas al PAN en tiempos electorales por los dueños de la Autónoma de Guadalajara con el fin de instalar en Guadalajara un gobierno de derecha afín a ellos- prohibiera el anuncio tipo espectacular de un campaña publicitaria de un producto conocido como el "brasiere maravilloso", un sostén femenino fabricado por la firma Wonderbra, colocado en el perímetro de la glorieta de la fuente La Minerva, al poniente de la ciudad, el cual mostraba una modelo en sostén. Este atentado contra la decencia y el pudor defendidos a ultranza por los castos puritanos de la ciudad de Guadalajara motivó casi de inmediato que la administración municipal panista le informara a la empresa que en caso de no quitar el enorme cartel ésta se haría acreedora a una multa.

Y tras el escándalo surgido a raíz de la censura impuesta al anuncio del sostén fabricado fabricado por Wonderbra, al poco tiempo los moralistas radicados en la Autónoma de Guadalajara volvieron a la carga, en esta ocasión haciendo lo posible por tratar de prohibir a las empleadas de las dependencias públicas el uso de la minifalda. Los excesos llegaron al extremo con el cual el alcalde panista de la ciudad de Guadalajara -fiel siervo de los intereses y caprichos de los Tecos de la Autónoma de Guadalajara-, César Croll Carabias, hizo lo mejor que pudo para que después de las diez de la noche TODOS los habitantes de la ciudad de Guadalajara estuviesen "recluídos" en sus hogares supuestamente para facilitar con esto el trabajo de la vigilancia policial, advirtiendo que en el caso de de muchachitos jugando fútbol, bebiendo cerveza o haciendo algún tipo de "escándalo", estos serían detenidos al momento para que explicasen el por qué se encontraban en la vía pública después de las diez de la noche. Algo así como un toque de queda sin encontrarse el país en estado de guerra.

Y como ya se dijo, estas intentonas de puritanismo forzado no están limitadas ya a lo que ocurra dentro de las instalaciones de la Autónoma de Guadalajara. Si los dueños de la UAG quieren hacerle la vida imposible a quienes llegan a caer en su campus, esto es cuestión de ellos. Si dentro de sus instalaciones quieren censurar a alguien, fanatizarlo o matarlo, también es asunto de ellos. El problema radica en que ya se les ve todas las intenciones del mundo de extender hacia el resto de México fuera de la UAG este tipo de censura y control ejercidos sobre las vidas de los demás, tal y como llegó a ocurrir en los tiempos de Hitler en Alemania, en los tiempos de Francisco Franco en España, y en los tiempos de Mussolini en Italia. Son los mismos, lo único que ha cambiado son los nombres y la ubicación geográfica.

Con tales antecedentes, era tan sólo cosa de tiempo para que en la ciudad de Colima, esa ciudad que goza de los mayores afectos -y de las mayores influencias- del principal fundador y dueño de la Autónoma de Guadalajara, Antonio Leaño Alvarez del Castillo, se arremetiera contra algún símbolo que no fuese del gusto de los moralistas de la extrema derecha. Y le tocó la mala suerte de recibir una descarga puritana a una escultura del pintor y escultor mexicano José Luis Cuevas





titulada Figura Obscena, cuyo solo título bastaba para atraer sobre sí la ira de quienes virtualmente controlan todo lo que sucede en la ciudad de Colima, por si no bastara además el hecho de tratarse de la obra de un artista con muy pocas simpatías hacia el candidato presidencial del PAN Felipe Calderón y hacia la ideología de la derecha mexicana en todas sus variantes. Esta en una escultura monumental que está situada en el cruce de la avenida Camino Real y el tercer anillo periférico de la ciudad-capital de Colima, y dá la bienvenida a los visitantes que llegan a esta capital por la carretera libre Colima-Guadalajara en una forma muy peculiar, sostenida en tres patas y levantando la cuarta "como un animal que se dispone a marcar su territorio"-, una pose que ofendió a los moralistas de Colima que no vacilaron en usar su enorme influencia para hacer que su títere, el alcalde panista Leoncio Morán Sánchez -impuesto por ellos con una cauda de recursos y apoyos de toda índole dados durante la campaña electoral al igual que como se hizo con el alcalde panista César Croll Carabias en la ciudad de Guadalajara- ordenara la remoción de dicha escultura. De acuerdo con lo que publica la revista La Palabra, Figura Obscena fue la tercera obra monumental donada por Cuevas a México, las dos primeras fueron La Giganta, que se encuentra en el centro del patio del Museo José Luis Cuevas, y otra escultura que el artista realizó en homenaje a su ex esposa Bertha y que puede ser vista en la colonia Cuauhtémoc de la ciudad de México. El 17 de septiembre del 2001 Cuevas escribió en la revista mencionada el artículo "Presencia de José Luis Cuevas en Colima", en el que relata que donó la escultura monumental Figura Obscena a esta ciudad porque el entonces Gobernador priista Fernando Moreno Peña le dijo que un año antes, cuando se presentó en los municipios de Colima y Manzanillo la exposición escultórica Libertad en bronce, se hizo una encuesta entre los visitantes y la mayoría opinó que su escultura era la mejor de todas, por lo que el gobierno de esta entidad le pidió que la agrandara para situarla en un lugar muy transitado por automóviles y peatones. La Figura Obscena fue puesta en la glorieta de la carretera libre Colima-Guadalajara en el año 2001 y de inmediato comenzó a generar inconformidad pero las quejas de los moralistas fueron ignoradas por las autoridades estatales, quienes argumentaron que dicha glorieta era el sitio ideal para la escultura. Cabe destacar que si el gobierno del estado de Colima -y no sólo la ciudad capital del mismo- hubiera estado también en manos de la extrema derecha mexicana, la escultura de José Luis Cuevas jamás habría tenido cabida en ninguna parte del estado de Colima, los moralistas a ultranza jamás lo hubieran permitido. El hecho de que a nivel estatal el gobierno siga en manos del Partido Revolucionario Institucional -al cual detestan los extremistas de línea dura de la UAG- indica que su vasto poderío aún no está tan extendido como ellos quisieran, y dá motivos de esperanza para suponer que aún pueden ser detenidos de alguna manera.

Cuatro años después de la instalación de la Figura Obscena en la glorieta en donde se le puede apreciar, la Sociedad Colimense de Estudios Históricos presumiblemente actuando bajo pedido de los Tecos de la Autónoma de Guadalajara, le pidió al alcalde capitalino Leoncio Morán Sánchez que considerara la "reubicación" (en realidad, lo que se quería era una remoción total) de la Figura Obscena con el elaborado argumento de que "al instalar una escultura en la entrada de la ciudad debe tomarse en cuenta aquello que refleje la identidad de los colimenses y dé una bienvenida afectuosa a los visitantes, y que la belleza de las piezas que han dado fama a Colima como centro generador del arte prehispánico del Occidente mexicano se ve ensombrecida o menospreciada por una escultura contemporánea que no representa nuestras raíces culturales". Presentada la justificación para poder irse en contra de la escultura, la Sociedad Colimense de Estudios Históricos recurrió a Laura de la Mora Martí, "especialista" en arte público y escultura pública, quien señaló que "cada vez que una pieza pública es colocada en un espacio específico, uno de los máximos preceptos a considerar es el que la gente se identifique con ella y pueda sentirse orgullosa de tenerla en su entorno" y que si bien Figura Obscena es una obra espléndida y un baluarte del estado, la comunidad colimense no se siente identificada con ella e incluso se siente agredida, quizá porque es ajena a los patrones estéticos y culturales que la caracterizan. "Esto la hace ser considerada como 'horrible o grotesca', y como protesta le han sido aplicados distintos motes. Además, dadas sus dimensiones, la obra obstaculiza la visibilidad y provoca una antítesis de la función que una glorieta, como red vial, debe cubrir, que es facilitar el desplazamiento sin distracciones ni obstáculos visuales para el conductor", agregó la emisaria de la nueva ola moralista. Para reforzar la exigencia, Margarita Rodríguez García, vicepresidenta de la misma Sociedad Colimense de Estudios Históricos, dijo que la solicitud de reubicar la Figura Obscena no era un capricho de un grupo de intelectuales (un eufemismo), sino una demanda de la sociedad colimense que al decir de ella no se sentía identificada con la escultura de José Luis Cuevas.

Con estos antecedentes, el 27 de mayo del 2006 la administración municipal panista de Colima decidió arrancar la Figura Obscena de su base encadenándola a una grúa pesada para su remoción:





Pero si los moralistas de la ultraderecha creyeron que no habría ninguna reacción ni respuesta de parte del gobierno estatal priista, calcularon mal, porque la maniobra terminó en un enfrentamiento entre las autoridades municipales panistas y las estatales de filiación priista. Justo cuando el alcalde de Colima intentaba trasladar la escultura de la glorieta, ubicada a la entrada de la ciudad, a la avenida Tecomán (aproximadamente a cinco kilómetros de donde actualmente se encuentra), arribaron policías judiciales del estado para llevarse a los trabajadores que realizaban las obras de remoción. El pretexto dado por el alcalde panista era que la intención de remover la estatua tenía como propósito transformar la glorieta y poner ahí un "cruce semaforizado", aunque en realidad este argumento no era más que un pretexto. Cerca de las 15:00 horas, el presidente municipal había arribado a la glorieta para supervisar personalmente el movimiento de la Figura Obscena, acompañado de diez trabajadores, dos de los cuales maniobraban una grúa y un camión de volteo. Pero mientras realizaban las primeras acciones de remoción, sorpresivamente se presentó al lugar el secretario de Desarrollo Urbano del gobierno del estado, Eduardo Gutiérrez Navarrete, acompañado de 30 elementos de la policía municipal y estatal. El jefe de estos últimos, Francisco Álvarez de la Paz, subdirector de averiguaciones de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Colima, informó al alcalde panista que no podía retirar la obra de José Luis Cuevas por ser propiedad del gobierno estatal. Sin embargo, contestando de manera retadora y altanera, el alcalde panista le respondió que era el gobernador quien debía estar en el lugar para hablar sobre las razones para evitar el traslado de la Figura Obscena. Al mismo tiempo, policías vestidos de civil, comenzaron a esposar a los trabajadores que realizaban las maniobras de traslado. Al momento de los jaloneos el presidente municipal, tratando de evitar la acción, se abrazó a los empleados de su administración para evitar el arresto. Finalmente los elementos judiciales lograron llevarse a uno de los empleados.

Los jaloneos continuaron provocando que el alcalde panista rodara por el pavimento, cuando llegaron el Secretario General de Gobierno, Juan José Sevilla Solórzano, junto con el Procurador de Justicia del Estado, Arturo Díaz Rivera, para dialogar con Morán Sánchez, quien nuevamente hablando en forma retadora y altanera les dijo que no hablaría con ellos en tanto no pusieran en libertad al detenido. Ante la intransigencia mostrada por el alcalde panista, el Procurador decidió cumplir la petición. Fue aquí que el Secretario General de Gobierno Sevilla Solórzano planteó que no se podía llevar a cabo la remoción de la escultura porque era propiedad estatal. El Procurador del Estado dejó en claro que la acción pretendida por el edil panista constituía un delito, y ellos (los agentes del gobierno del estado de Colima) iban solamente a cumplir con su obligación. Con los ánimos un poco más calmados pero con el ambiente aún tenso, se le pidió al alcalde panista que elaborara un documento solicitando al gobierno del estado permiso para el movimiento de la obra de Cuevas. El alcalde panista respondió a los funcionarios del gobierno del estado pidiéndoles que le indicaran a dónde querían que les llevara la escultura ya desmontada de la base, sugiriendo el jardín de la Casa de Gobierno o "El Trapiche", lugar donde vive el ex gobernador priista Fernando Moreno Peña, quien ordenó en septiembre de 2001 la colocación en ese lugar de la Figura Obscena. Mientras la Figura Obscena colgaba de los cables de la grúa, el alcalde panista comenzó a colocar una casa de campaña, porque dijo que no se movería de ahí hasta que el gobierno estatal le dijera el lugar donde querían que fuera colocada.

Con motivo del encadenamiento de la Figura Obscena a la grúa y el levantamiento que se hizo de la misma, la escultura sufrió daños que ocasionaron un disgusto enorme en su creador, José Luis Cuevas, quien interpuso el 31 de mayo del 2006 una demanda penal en contra del alcalde panista de Colima, Leoncio Morán Sánchez, por los daños cometidos a su escultura. Primeramente, José Luis Cuevas estuvo presente en la glorieta mencionada para verificar el estado en que se encontraba la escultura donada por él a Colima, y ahí fueron llegando poco a poco funcionarios de la Secretaría de Cultura y otras dependencias estatales, políticos de distintos partidos, curiosos y conocedores de la obra de este autor. Entrevistado a su llegada a la glorieta de la Figura Obscena, el artista consideró que la acción del alcalde perjudicaba a su instituto político (PAN) y al candidato presidencial de ese partido, Felipe Calderón Hinojosa, "dado que yo vengo para denunciar al presidente por los daños ocasionados". Indicó que si la intención era remover su escultura, "pudo platicarse eso con tiempo, en lugar de actuar con tal falta de respeto para esta obra donada a Colima, en donde yo tengo muchos amigos y entonces, todo mi enojo es contra el presidente, quien debería dar la cara, pero lo dudo". En realidad, la gente de la extrema derecha es gente que está acostumbrada a hacer lo que le dá la gana, como escupir el rostro del Benemérito de las Américas en el Hemiciclo a Juárez en la Ciudad de México poniéndole a continuación una capucha, o como fundar y controlar tras bambalinas una organización nacional para tratar de afianzar en sus manos el control del país. Son gente que nunca ha estado dispuesta a dialogar y a la cual es imposible tratar de hacer entrar en razón, motivo por el que las pláticas que hubieran esperado José Luis Cuevas y los funcionarios del gobierno estatal previas a los intentos de remoción de Figura Obscena jamás habrían tenido lugar. Enfatizó Cuevas que las acciones de Morán Sánchez ya tienen una repercusión nacional y quizá internacional, agregando "por lo pronto en el país hay indignación y revuelta por estas acciones". Cuestionado por los medios sobre si aprobaría la reubicación de la Figura Obscena, José Luis Cuevas respondió que "dentro de Colima no, este fue el lugar que se escogió y aquí es donde debe quedarse"; además, refirió que no era posible que la figura hubiera sido encadenada hubiera sido mantenida en vilo durante un buen tiempo aumentando con ello la severidad de los daños. También consideró que estas acciones tenían una enorme trascendencia política, "dado que lo que hizo este funcionario panista le puede costar la Presidencia a Felipillo Calderón, si es que antes tenía alguna posibilidad de ganar". Subrayó que no tenía ningún interés en dialogar con el alcalde panista Leoncio Morán Sánchez, "porque enfrentar a la estulticia, la tontería y la estupidez hacen imposible el diálogo, qué podría yo hablar con este señor". A una pregunta, José Luis Cuevas agregó que en este caso, la razón estaba del lado del gobernador, "quien está indignado por lo que sucedió y por eso existe una pugna, por eso digo que esto dañará mucho la candidatura de Felipillo (Calderón), dado que ambos son panistas, de quienes todo se puede esperar". Interrogado luego sobre un estudio urbanístico que determinara que la glorieta es un peligro para la vialidad daría justificación para reubicar la escultura, José Luis Cuevas descartó esa posibilidad, "dado que la ciudad está llena de glorietas y no hay accidentes diariamente; más bien se trata de que los panistas son muy mochos". Más adelante dijo que ninguna manera aceptaría una disculpa de Leoncio Morán, y en cambio dejó entrever que estas acciones podrían ser una venganza del mismo candidato presidencial panista Felipe Calderón "porque en algún momento yo dije que no votaría por él como candidato a la Presidencia de la República". Sobre lo que ocurriría si se llegaba a encontrar con Leoncio Morán, Cuevas respondió que "primero lo saludaría porque soy una persona educada, después, si la situación se presenta, le rompo el hocico".

En el lugar de los hechos se hizo presente un afamado artista plástico colimense, de reconocida trayectoria y fama internacional, Jorge Chávez Carrillo, quien protestó enérgicamente "por el atropello cometido contra el arte; lamento que este insulto haya llegado a ustedes (José Luis Cuevas), que han sido tan generosos con nuestro Estado". Confió en que la voz de José Luis Cuevas se oyera pronto, "porque no es justo que a unos días de las eleccines se haya provocado este asunto tan lamentable. José Luis, estoy contigo". También estuvo en la glorieta Isaac Masri, promotor de la obra de José Luis Cuevas. Ahí explicó que la Figura Obscena tiene un precio aproximado de un millón de dólares; "además, es muy representativa porque fue seleccionada entre 88 piezas por los mismos colimenses para que fuera donada al Estado", y además afirmó que la intolerancia se hizo presente en la actuación de los funcionarios municipales; "esta pieza ha sido impunemente dañada, fue amarrada y remolcada por una grúa para arrastrar automóviles, por eso estamos aquí para protestar contra la intolerancia". De nuevo con el micrófono y al dirigirse a los funcionarios estatales, políticos, curiosos y simpatizantes de su obra que se encontraban en el lugar, José Luis Cuevas dejó entrever que las acciones contra su obra "se realizaron por venganza de Felipe Calderón, de quien yo dije que jamás votaría por él, porque nunca le he oído nada inteligente".

Posteriormente, José Luis Cuevas se trasladó a la Procuraduría General de Justicia del Estado, donde fue recibido por el titular de esa instancia, Arturo Díaz Rivera, quien lo trasladó ante un Ministerio Público para que rindiera su comparecencia y formalizara la querella legal en contra del alcalde panista. Ahí, el escultor reiteró su acusación contra el alcalde Leoncio Morán Sánchez, "quien ha cometido un delito grave en contra de una obra artística, por eso vengo a presentar esta denuncia; aunque por supuesto Colima es una ciudad a la que sigo queriendo mucho y no tienen la culpa de las acciones del presidente". En su oportunidad, el procurador Arturo Díaz Rivera señaló que esta denuncia sería investigada "y se realizarán las diligencias que sean necesarias para establecer la posible comisión de un delito, en este momento el denunciante señala que hubo daños intencionales a la obra de arte", agregando que realizarían peritajes y todas las acciones correspondientes a una denuncia de hechos; "a este caso le daremos la prioridad que tienen todos los asuntos en esta Procuraduría, para que este expediente quede debidamente integrado y se compruebe el posible ilícito, así como la reparación del daño". Indicó que el delito que pudiera configurarse es el daño a una obra de arte, "para ello, el artículo 237 del Código Penal del Estado establece penas privativas de la libertad, así como la reparación del daño, pero para llegar a eso, tendremos que llevar a cabo todas las indagatorias correspondientes". Señaló que si el representante del Ministerio Público lo considera necesario, se iniciaría un proceso de desafuero en contra del presidente municipal de Colima, "es decir que si es necesario, pues sí solicitaríamos el juicio de procedencia ante el Congreso del Estado, pero primero hay que darle trámite a esta denuncia".

Y no era para menos, porque al menos tres fracturas graves fueron localizadas en la Figura Obscena como resultado de su burdo levantamiento con la grúa, por lo cual tendría que someterse a reparaciones en su estructura, mismas que podrían tardar en realizarse hasta un mes y medio, con un costo aproximado de 500 mil pesos. En esos términos se expresó el fundidor del escultor José Luis Cuevas, Alejandro Velasco, quien realizó los primeros trabajos de peritaje a la obra, manifestando que de primera impresión localizó al menos tres fracturas graves, "por lo cual tendremos que fundir algunas placas, soldar y colocar algunos injertos, dado que las fisuras fueron localizadas en los puntos de apoyo de esta escultura".
Mencionó que los daños eran restaurables, aunque costosos: "la reparación se hará en el mismo lugar y sin desmontar la escultura porque también debemos revisar si existen fracturas interiores para que, en caso de que haya otros daños, repatinar". Previó que los trabajos de reparación podrían tardar hasta mes y medio, "toda vez que tendremos que trasladar todo el equipo desde la Ciudad de México, así como la mano de obra, la cual será la misma que trabajó originalmente en la elaboración de esta pieza". También proyectó que los trabajos tendrán un costo superior a los 500 mil pesos, "aunque no se trata de una cifra exacta y podría variar de acuerdo a los requerimientos que vayan saliendo".

El moralismo rígido que impera en los dominios de los Tecos de la Autónoma de Guadalara, si es que se salen con la suya de afianzar en sus manos el control del país a través de la Organización Nacional del Yunque, no sería muy diferente del fundamentalismo de los Talibanes en Afganistán cuyo fanatismo los llevó a destruír las hermosas y milenarias estatuas de Buda argumentando los textos del Corán para arremeter en contra de estas joyas propiedad de la humanidad.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Que interesante esta el escrito, y esta muy completo, la verdad ni me imaginaba que esto pasaba. Gracias
por mostrar la verdad.

martes, 29 abril, 2008  
Anonymous Anónimo said...

Me parace muy interesante este documento, muy delicado y felicidades por tan valiosa informacion para el pueblo colimense

domingo, 14 septiembre, 2008  

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